INTEGRA es un proyecto financiado por la Unión Europea e implementado por el consorcio de organizaciones internacionales: Ayuda en Acción, CISP y HIAS, que tiene el objetivo de integrar socioeconómicamente tanto a las personas venezolanas en situación de movilidad humana como a las comunidades que les acogen en Ecuador.

 INTEGRA está presente en las seis ciudades que acogen más población migrante y refugiada del país: Quito, Manta, Santo Domingo, Ibarra, Guayaquil y Cuenca, es una iniciativa basada en el modelo triple Nexus, que cuenta con un enfoque inclusivo de género, y sus líneas de trabajo con esta consideración son:

  1. Prevención y respuesta a la violencia basada en género.
  2. Empoderamiento económico para generar autonomía en mujeres sobrevivientes de violencia de género.
  3. Activación local de las rutas de atención.
  4. Promoción de masculinidades sanas, corresponsables y no violentas.
  5. Capacitación y sensibilización en el reparto equitativo de las tareas del hogar y de cuidado.

Actualmente, INTEGRA sensibiliza y detecta casos de violencia de género a través de talleres psicoeducativos sobre prevención de la violencia de género, reparto equitativo de las tareas del hogar y de cuidado. Ha logrado sensibilizar a 345 personas, de las cuales el 79% son mujeres, en su mayoría de 25 a 54 años de edad, el 50% de las personas están en situación de movilidad humana, de ellas solo el 18,5% tenían regularizada su situación migratoria. Los procesos de sensibilización se produjeron en Ibarra (57%), Cuenca (25%), Santo Domingo de los Tsáchilas (15%) y Manta (3%).

También ha detectado 85 casos de violencia de género de enero a junio del presente año, de las cuales el 90% son mujeres y el 7% LGBTIQ+, la mayoría de las personas atendidas se encuentran en un rango de 25 a 54 años de edad, el 92% son personas en situación de movilidad humana, de ellas solo el 33% tenían regularizada su situación migratoria.. La atención de casos se produjo en las siguientes ciudades: Guayaquil (56%), Cuenca (20%), Santo Domingo de los Tsáchilas (15%), Manta (5%) y Quito (4%).

Cuando INTEGRA a través de sus diversas actividades detecta un caso de violencia de género, sigue la siguiente ruta de atención:

  1. Atención emergente: servicios psicológicos integrales, incluyendo evaluación y elaboración de planes de respuesta individualizados.
  2. Coordinación: con organizaciones aliadas en los territorios para la referencia de casos.
  3. Referencia: referencia y seguimiento de casos.
  4. Cierre de los casos.

También, para garantizar la atención oportuna, según sea el caso se entrega un bono (O EL NOMBRE QUE LE DEN AL CAHS) para cubrir necesidades de transporte y recibir atención psicológica; para costear la atención en servicios especializados de salud, y para protección de personas en situación de riesgo. Es importante entender que las personas en situación de movilidad humana llegan en condiciones precarias al país, con recursos limitados y careciendo de redes de apoyo. Esta vulnerabilidad se magnifica para las mujeres y las personas de las diversidades sexo-genéricas, quienes enfrentan riesgos específicos, incluyendo la violencia sexual, la trata de personas y la explotación laboral. La falta de documentación y acceso a servicios básicos también complica su situación, haciéndoles aún más susceptibles a la violencia de género.

Por esta razón, INTEGRA considera esencial desarrollar acciones de prevención de la violencia de género en esta población, porque esta problemática tiene consecuencias devastadoras para el bienestar físico, emocional y psicológico de las personas. Además, perpetúa el ciclo de vulnerabilidad y desigualdad en el que se encuentran, dificultando su integración y adaptación en las comunidades de acogida.

La violencia basada en género también tiene implicaciones más amplias para la comunidad y la sociedad en general. Cuando las personas se sienten inseguras y vulnerables, es menos probable que contribuyan positivamente al desarrollo del país que les acoge. La prevención de la violencia de género, por lo tanto, no solo es un acto de justicia social, sino también un paso crucial para fomentar la paz y la integración.

“Ser mujer venezolana y migrante es muy duro, es difícil encontrar un buen trabajo, además cargas con todo el peso de sostener tu hogar, para mí entender que en casa debíamos repartirnos las tareas y que mi emprendimiento era valioso fue todo un proceso, ahora me siento orgullosa de lo que he logrado”, Carolina Zambrano, participante de INTEGRA.

 

Una de las metas de INTEGRA tanto con las mujeres como con las personas de diversidades sexo-genéricas es brindarles herramientas para prevenir y detectar la violencia de género, además de promover su empoderamiento económico, en pro de su autonomía. De igual forma, continuarán promoviendo las masculinidades sanas, corresponsables y no violentas, porque la igualdad de género es una tarea pendiente que nos involucra a todas y todos.